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Escudo de la Institución con el "Cree y Espera"

Escudo de la Institución con el «Cree y Espera»

Desde Noviembre del 2004 reside en el monasterio una comunidad de Misioneros Identes, los cuales se encargan de su mantenimiento, restauración y cuidado del monasterio, permitiendo a todas las personas que se acercan a el, pasar unos momentos inolvidables dentro de sus muros.

El Instituto Id de Cristo Redentor. Misioneros y Misioneras Identes tuvo su origen en una primera comunidad de doce personas dirigidas por don Fernando Rielo Pardal, dedicadas a dar misiones populares en la isla de Tenerife, y recibió la aprobación del obispo diocesano, don Domingo Pérez Cáceres, el 29 de junio de 1959, fecha que ha quedado como la del aniversario oficial de la institución. Desde entonces se han sucedido diversas vicisitudes hasta llegar a la configuración canónica actual como instituto de vida consagrada de derecho pontificio, proclamado por la Santa Sede con ocasión de las bodas de oro en el año 2009, estando entre las primeras instituciones que se encuentran en esta categoría del derecho canónico que acoge a las nuevas formas de vida consagrada que van surgiendo en la Iglesia.

A Fernando Rielo le preocuparon desde siempre las necesidades espirituales de dos mundos bien concretos: los jóvenes y los intelectuales, y la importancia de prepararse para afrontar los retos que ambos campos plantean. De ahí la palabra ‘idente’, neologismo tomado del participio activo del verbo ir, a partir del mandato evangélico ‘Id y predicad el Evangelio a todas las gentes’, que constituye la principal misión de sus hijos, y por ello el nombre de ‘Misioneros Identes’: los que anuncian el Evangelio identificándose con su hermano mayor, Cristo. Según palabras del Fundador, el espíritu Idente es conforme a tres principios que Cristo quería de la Institución: el mandamiento “Sed santos como vuestro padre Celestial es santo”; el consejo promisorio “cuando dos o mas estén reunidos en mi nombre allí estoy en medio de ellos”; el imperativo apostólico “Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la Creación”.

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Fernando Rielo, fundador del Instituto de Cristo Redentor.

El carisma idente se concreta, por tanto, en el seguimiento e identificación con Cristo, viviendo y testificando, bajo la acción del Espíritu Santo, una conciencia filial que tiene al Padre como modelo de santidad. Sus ámbitos específicos son promover y fortalecer la fe católica, especialmente en la juventud alejada de Cristo, y el diálogo apologético con los intelectuales para la propagación y defensa de la verdad revelada, allí donde la Iglesia y la sociedad más lo necesiten. El lema del Instituto es “Cree y Espera”, significando que la fe y la esperanza, fundadas en la caridad, alimentan la vida apostólica de los misioneros identes. Para mantener continuamente vivo este carisma, lo que constituye la esencia de la Institución es el examen de perfección en común, a modo de revisión de vida semanal y comunitaria, realizado en comunidades homogéneas, por el que los misioneros y misioneras identes aspiran a la santidad con firme dedicación al apostolado y a la preparación para la defensa de la fe.

Actualmente las misiones del Instituto se desarrollan en Europa, África,América y Asia, estando presentes en 48 lugares de 17 países en los que se colabora con la iglesia local según sus necesidades, llevando a cabo nuestra misión a través de parroquias, monasterios, universidades, hogares de acogida, centros de formación,… incidiendo tanto en la formación humana como espiritual.

El Monasterio de San Antonio y San Julián de La Cabrera tiene un especial significado para el Instituto Id ya que fue la última misión encomendada por la Iglesia en vida de nuestro padre Fundador, para quien la vida monástica desempeña un papel importante en profundización de la vida espiritual. Para unir este signo con el hecho de que Fernando Rielo tuvo su llamada a la santidad en el Prado de Redondillo, en los bosques de Valsaín (Segovia), cuando era adolescente, se ha establecido la Ruta Fernando Rielo, en la que, a modo de peregrinación, se parte del Monasterio y, atravesando la Sierra de Guadarrama por el Puerto de Cotos, se llega hasta dicho lugar, uniendo así espiritualmente el primer y último lugar significativo en la vida del Fundador.

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Audiencia del fundador Fernando Rielo con Su Santidad San Juan Pablo II